En los últimos años, el volumen de las transacciones financieras dentro de los grupos empresariales ha crecido exponencialmente. Asimismo, las estructuras de cash-pooling (en español como “Tesorería centralizada”) despiertan cada vez más interés en las auditorías de precios de transferencia.
Las estructuras de cash-pooling son herramientas de tesorería habituales a fin de optimizar el acceso a la liquidez dentro de los grupos empresariales. La gestión de la liquidez y de efectivo adquiere cada vez más relevancia, tal como pudimos observar en la crisis financiera del 2008, al principio de la crisis del Covid-19 y, más recientemente, de nuevo tras la crisis de Rusia/Ucrania y el consiguiente impacto en los mercados de capitales y materias primas.
El cash-pooling ayuda a lograr una gestión más eficaz de la liquidez al centralizar las posiciones de crédito y débito de varias cuentas en una sola. De este modo, tras la compensación de los saldos acreedores y deudores, se pueden reducir las necesidades de endeudamiento externo, lo que optimiza eficazmente el uso de la liquidez disponible en el Grupo y da lugar a menores costes de intereses para la empresa en la financiación externa. Además, tiene un efecto al alza en la valoración de las empresas del grupo y reduce su dependencia de fuentes de financiación externas.
La forma en que se estructuran las transacciones financieras siempre tiene implicaciones fiscales. La localización de la carga financiera en un país u otro no tiene un efecto neutro, sino que la decisión suele obedecer a razones relacionadas con la eficiencia empresarial o la capacidad financiera, aunque también puede suponer una reducción de la carga fiscal del grupo.
Una de las características más comunes de las políticas de precios de transferencia aplicadas a las operaciones de cash-pooling ha sido la asimetría entre los intereses que se cobran a los participantes en el cash-pool cuando se les conceden préstamos y los intereses que se pagan a los participantes cuando prestan dinero al cash-pool leader.
Esta forma de remunerar al cash-pool leader tiene su fundamento en la comparación realizada con las entidades financieras que recurren a tipos de interés más altos para remunerar los depósitos.
Fue en primer lugar la Administración Tributaria del gobierno británico, hace algunos años, quien publicó una directriz que evaluaba cómo revisar las transacciones de cash-pooling desde la perspectiva de los precios de transferencia. Desde entonces, un gran número de autoridades tributarias a nivel mundial ha seguido este principio, aplicando sus propias decisiones en relación al cash-pooling.
En cuanto a la posición de la Administración Tributaria española, las últimas decisiones (resolución del TEAC de 23/03/2022) no admiten la comparación de los cash-pool leaders con las entidades de crédito por considerar que su perfil operativo difiere. Así pues, la posición de la Administración española rechaza la asimetría en el tratamiento fiscal de las operaciones de crédito y débito en el cash-pooling.
Tras esta resolución resultaría todavía más complicado defender una remuneración del cash-pooling basada en un tipo de interés asimétrico para las posiciones acreedoras y deudoras en España.
VIA https://lex.ahk.es/actualidad-juridica/la-paradoja-del-cash-pooling