La Torre Glòries de Barcelona será uno de los puntos del planeta desde donde Facebook combatirá las noticias falsas (fake news) que se publican a través de su red social: las identificará y eliminará. También desde ese icónico edificio se evaluará el contenido que es sospechoso de contravenir los valores del gigante de las redes sociales y se tomarán cartas en el asunto. Un centro puntero que tendrá como ámbito de actuación Europa y América Latina, en el que ya hay una decena de personas trabajando, y que se espera que esté a pleno rendimiento a finales de este mes. La plantilla prevista es de medio millar de personas, pero puede ser sólo el principio. A medio plazo podrán ser todavía más.

Según explican fuentes que han participado en la operación, el centro de servicio de la multinacional de Mark Zuckerberg ocupará un total de ocho plantas que suman más de 9000 metros cuadrados de esta torre de 34 pisos; pero se ha guardado la posibilidad de alquilar 4000 metros más, es decir, tres o cuatro plantas, si así lo necesitara en el plazo de un año. Barcelona será el segundo centro de este tipo que Facebook tendrá en Europa y por ahora no está en los planes abrir más. Antes se ampliará el de Glòries.

Pero aunque Facebook está muy presente en el proyecto, la multinacional no es oficialmente la inquilina. Lo es la empresa austriaca Competence Call Center (CCC), según avanzó ayer Cinco Días, tras una operación en la que han participado Engel & Völkers, Baker Mckenzie o Bové Montero.

La empresa austriaca trabajará en exclusiva en Barcelona para la multinacional de Zuckerberg, como ya lo hace en Alemania en otro centro ubicado en la ciudad de Essen, donde unos 500 trabajadores se ocupan de borrar mensajes, fotos y vídeos de Europa que contravienen a las normas de la red social. No obstante, fuentes que han participado en la operación de Torre Glòries insistían ayer en que este es un centro en el que no se tratará únicamente de eliminar contenido, también se quiere evitar repetir errores que han sido objeto de polémica, como borrar imágenes que no son censurables pero que se interpretan de forma muy diferente en E.E.U.U. –desde donde hasta ahora se apretaba la tecla de borrado- que en América Latina y sobre todo Europa. El centro de Barcelona, como ocurre con el de Essen, es de hecho la forma que tiene el gigante de las redes sociales de bajar del universo digital a la realidad analógica, a la calle, de valorar in situ lo que se está compartiendo en internet y el sentido que tiene en la cercanía.

En este sentido, CCC ultima la búsqueda de los nuevos empleados –desde responsables de calidad a personal de recursos humanos o community managers- valorando el conocimiento de diferentes idiomas y el de las distintas realidades culturales. Se buscan empleados que hablen catalán, francés, noruego, danés, portugués, sueco… y que conozcan también la realidad de estos territorios. A cambio se ofrece contrato indefinido, seguro médico, tentempiés gratis y sueldos que suelen arrancar en los 24.000 euros anuales.

El edificio, de Merlin Properties, está sin inquilino desde que Agbar decidiera hace tres años trasladarse a la Zona Franca. Una torre de 144 metros de altura que parecía condenada al vacío por la moratoria hotelera del gobierno de la alcaldesa Ada Colau y el rechazo de la Agencia Europea del Medicamento, pero que recobra de nuevo la vida.

Sorpresa y satisfacción

El concejal de Empresa, Agustí Colom, dijo que el Ayuntamiento “facilitará” el aterrizaje de Facebook y calificó de positivo que la empresa quiera instalarse en la ciudad, si bien admitió que esta opción no era una de las que el Consistorio había hablado con la propiedad de la torre. Para Jaume Ciurana (PDECat) esta noticia prueba que Barcelona y Catalunya siguen siendo un polo de atracción de inversiones. Carina Mejías (Cs) destaca la aportación que empresas de este tipo pueden hacer al dinamismo de la ciudad. Alfred Bosch (ERC) también tilda de buena noticia para Catalunya la apuesta de Facebook y pide que vengan detrás muchas más. Jaume Collboni (PSC) se suma a las felicitaciones porque “Barcelona necesita recuperar la confianza” y Alberto Fernández (PP) remarca que “pese al procés y Colau, la ciudad tiene un ADN propio que la hace única”.

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